lunes, 29 de enero de 2007

Huelga de Hambre



Las huelgas de hambre suscitan la colisión entre una serie de principios y valores de índole legal, moral, ético y humanitarios que ponen en tensión a quienes deben afrontar su resolución (principalmente los destinatarios de las huelgas, esto es: funcionarios, jueces, fiscales, etc).

Justamente, la reciente lectura de una sentencia de la Audiencia Nacional de España, fechada el 25 de Enero de 2007, y donde se resuelve la alimentación coactiva (por medio de una sonda nasogástrica) del huelguista, reaviva este tipo de cavilaciones.

En lo que aquí interesa, la sentencia dice:

Efectivamente, se ha reiterado por el Tribunal ya en diversas ocasiones (AA 28 Agosto, 14 y 20 Septiembre y 24 Noviembre, entre otros), que los derechos constitucionales de las personas privadas de libertad -sea por cumplimiento de condena, sea por prisión preventiva (como es del caso que nos ocupa)- pueden ser objeto de limitaciones al existir una relación de especial sujeción entre el interno y la Administración que origina un entramado de derechos y deberes recíprocos, entre los que destaca el esencial deber de la Administración de velar por la vida, integridad y salud del interno con el consiguiente deber de adoptar las medidas necesarias para protegerlos, imponiendo limitaciones al ejercicio de los derechos fundamentales de aquel interno que, por el riesgo de su vida en que voluntariamente se han colocado, precisen de tal protección, acordándose la alimentación forzosa del preso ante su actitud de huelga de hambre, actuándose con el respeto de su dignidad como ser humano estando actualmente ingresado en Centro hospitalario.

Desde una concepción estrictamente liberal, en el sentido de respetuosa de las libertades individuales y de la dignidad de las personas, como asimismo de la autonomía de la voluntad, debería sostenerse el respeto a ultranza por este tipo de decisiones, aunque en las mismas se coloque en riesgo la salud y la vida misma del individuo que la realiza.

Justificar este tipo de intervenciones, probablemente que habilitaría -con parecidas motivaciones- otro tipo de intromisiones que usualmente se encuentran en tela de juicio en el ámbito del fuero penal, como por ejemplo lo es la extracción compulsiva de sangre, operaciones tendentes a extraer objetos que se encuentran en el interior de la cavidad humana, enemas, suministro de vomitivos, etc.

En definitiva, la aludida tensión entre la intangibilidad individual y el sometimiento del individuo a finalidades que no son inmanentes a su condición.

Sin embargo, lo que de algún modo plantea la sentencia española y suscita estas reflexiones es determinar si en realidad, una persona que se encuentra privada de su libertad en una carcel, restringida de una gran cantidad de sus derechos esenciales, debe ser además dejada morir como si se tratase de un individuo que decide emprender una excursión de fin de semana. Dicho con otras palabras: además de privarlo de la libertad, someterlo a los sufrimientos que ello implica, también debe admitirse dejarlo morir por su propia voluntad.

Francamente que, hoy por hoy, no tengo una respuesta tan segura ante el dilema como hubiera tenido hace algun tiempo atrás. Me parece que la inacción ante la huelga de hambre puede ser interpretada como una exteriorización del respeto a las libertrades individuales, pero también puede ser interpretada como el máximo desinterés del poder frente a un desvalido que adopta el último recurso a que puede echar mano, y observa impasible cómo se va muriendo.

Un tema muy difícil.

Lo cual no quita que, al menos que en países como la Argentina, una gran cantidad de huelgas de hambre podrían ser resueltas sin necesidad de ingresar en el terreno del dilema ético, ya que la experiencia demuestra que una gran cantidad de ellas tiene por motivo los largos períodos de indefinición en la situación procesal, el sometimiento a condiciones indignas de vida, la falta de atención de jueces y funcionarios a reclamos puntuales que se formulan, y así sucesivamente. Supuesto en los cuales, el desenlace fatal e una huelga de hambre podría transformarse en un homicidio premeditado.

viernes, 26 de enero de 2007

¿La búsqueda de una raza superior?


Soy consciente que se me podrá decir que el razonamiento que voy a desgranar a continuación es un tanto extremista, y es probable que ello sea cierto. Pero si un blog no sirve para esto (para desgranar hipótesis más o menos descabelladas) ¿para qué serviría?.
Me voy a enancar en una preocupación constante de Alberto Bovino, desarrollada en su blog como lo son las modernas campañas destinadas a preservar la salud de la población, campañas que no se han agotado en la mera prevención (difusión de los riesgos que acarrea el consumo de determinadas sustancias -alcohol, tabaco, estupefacientes, alimentos con alto contenido calórico o graso, etc- o la práctica u omisión de ciertas costumbres -sedentarismo, noctambulismo, adición al trabajo, estrés-), sino que han pasado a "las vías de hecho" con la represión directa o indirecta de estas costumbres que en ultimidad sólo perjudican o benefician (según se lo quiera ver) a quien las realiza.
A ese último respecto (que los consumos que hacemos o las prácticas que realizamos sólo nos perjudican o benefician a nosotros mismos), quiero traer a colación una frase que aparece en la tapa de Pensamiento Penal y que dice: «De la piel para dentro empieza mi exclusiva jurisdicción. Elijo yo aquello que puede o no cruzar esa frontera. Soy un estado soberano, y las lindes de mi piel me resultan mucho más sagradas que los confines políticos de cualquier país.»
Creo que esta idea resume perfectamente lo que queremos decir aquellos que sostenemos que la verdadera libertad es la libertad individual, y que si se encuentra sumada a las libertades coletivas, tanto mejor, ya que ambos conceptos no son antitéticos, sino que muy por el contrario, el uno (las libertades individuales) son el presupuesto imprescindible del otro (las libertades colectivas), pero que de nada valen las libertades colectivas (votar cada tanto, asociarnos, etc) si no somos dueños de hacer con nuestra vida lo que mejor nos parezca.
Pero dejemos esta mescolanza a la que me voy inclinando para retornar al quicio del planteo, parafraseando a Augusto Mario Morello, si se me permite esta nueva digresión.
Como decía, los intentos oficiales para que los individuos nos comportemos de una manera determinada (que nos levantemos temprano, que no fumemos, que no bebamos alcohol, mucho menos otras sustancias "peligrosas", que hagamos gimnasia, que comamos comidas light, que no nos quedemos quietos mucho tiempo en el mismo sitio, y así sucesivamente) han trascendido la mera expresión de deseos y se han transformado en materia punitiva, consistente en prohibiciones de acceso a determinados lugares (fumadores), multas (vagancia) y hasta arrestos (prostitución, ebriedad) o prisiones (como es el caso de los estupefacientes)
A lo que voy. Estas tendencias: ¿no encubren la intención -deliberada o encubierta- de lograr una "raza superior"? ¿no será que el estado -como ente omnipresente- no se resigna a ver discurrir la vida tal cual es y pretende ciudadanos delgaditos, con los pulmones sanos, peinaditos a la gomina, que no realicen prácticas de dudosa moralidad, y así sucesivamente?
Estas "experiencias" -como todos saben- ya han sido intentadas en el pasado no tan remoto, pero en forma no tan sutiles como las que ahora se describen, con los resultados por todos conocidos.
Entonces, nadie podría oponerse a una población sana y saludable. Pero esa sanidad no puede ser alcanzada sobre la base de aplastar las libertades individuales. Sí es necesario que el estado cumpla el rol de informar en forma responsable y fidedigna acerca de las características de las sustancias que consumimos, como asimismo, los riesgos que pueden traer aparejadas determinadas costumbres. Y de ahí en adelante, con cabal comprensión de las cosas, cada uno debe ser dueño de autodeterminar su propia existencia, y es el estado quien debe arrodillarse ante esa decisión y no a la inversa.

miércoles, 24 de enero de 2007

Coherencia


Suelo polemizar con amigos con los cuales se encuentran sobreentendidas las convicciones democráticas que nos inspiran acerca de algunos dilemas que ofrece en su estructura interna la persecución de los delitos de lesa humanidad, como es el caso de la problemática de su imprescriptibilidad, la irretroactividad de la ley, la ley penal más benigna y el modo en que fungen algunos organismos de derechos humanos, que de reclamar la abolición de la prisión preventiva y la deslegitimación de la pena para los delitos comúnes, cuando se trata de este tipo especial de delitos, gravísimos, aberrantes, reclaman encarcelamiento inmediato de los imputados y "castigo" a los culpables.

He procurado interiorizarme en la mayor medida de mis posibilidades sobre la cuestión, y no he logrado encontrar una respuesta sólida y contundente que resuelva estos problemas del cambio de discurso, como así tampoco la denostación del "derecho penal del enemigo", a la par de justificar la existencia de cierto tipo de enemigos, a los cuales se justifica vedar ciertas garantías.

Insisto, lejos está de mí ánimo defender a tiranuelos y dictadores deleznables, pero quienes nos sumergimos en el mundo del fenómeno penal, procuramos encontrar la mayor consistencia posible en el discurso, intento que flaquea al ingresar en esta temática, por las cuestiones antes señaladas.

Pero lo que quería traer a colación es la reflexión que un querido amigo (N.G.L.), celoso defensor de los derechos y garantías y fogonero del juicio a los responsables de los hechos aberrantes ocurridos en la última dictadura sufrida por nuestro país, reflexion es que sabiendo escuchar, siempre dejan enseñanzas, como ha sido mi caso.

Luego de algún intercambio de opiniones al respecto, mi amigo terminaba de admitir ciertas inconsistencias en este discurso de la lucha contra los delitos de lesa humanidad y la justicia retroactiva (al decir de Carlos Nino). Pero agregaba con total justeza (y es lo que quiero destacar aquí) que si vamos a reclamar que los genocidas deben gozar de todos los derechos y garantías, lo propio hay que hacer con los delincuentes comúnes. Entonces, si Videla, Etchecolatz, el Turco Julián y toda esa runfla debe esperar el resultado de los juicios en sus respectivos domicilios, lo propio debe suceder con los imputados de delitos comúnes.

Del mismo modo, si admitimos que para los viejos carcamanes no tiene sentido la imposición de las penas, hagamos lo propio con el resto de los delincuentes e ideemos otra forma de resolución de los conflictos.

O en su defecto, prisión preventiva para todos y cárcel para todos, del mismo modo que hoy sufren los ladrones de gallinas (por simplificar el razonamiento con esta figura tradicional)

Me parece que esta línea ideológica guarda cierta coherencia y se inscribe en la vieja idea de "la ley pareja para todos". Y por otro lado tiene la virtud de desnudar las verdaderas intenciones de los escribas: si reclamamos derechos y garantías para Videla & Cía, es preciso que previamente (o concomitantemente) se haya hecho lo propio con el resto de los delincuentes. En su defecto se pondría en evidencia una parcialidad y favoritismo un tanto sospechosos.

jueves, 18 de enero de 2007

Un poco de moral por ahí

Ciudadanos de Indonesia aprueban una ley que prohíbe tener relaciones sexuales extramatrimoniales



La ciudad de Depok, vecina de Yakarta, votará hoy una ley que castiga con penas de cárcel el sexo fuera del matrimonio, una muestra de la creciente radicalización en Indonesia, el país con mayor número de musulmanes del mundo pero donde se practica en general un Islam moderado.
Cada vez son más los gobiernos regionales y locales de Indonesia que aprueban leyes que regulan las relaciones entre sus ciudadanos desde un punto de vista islámico. En Depok, el Partido de la Justicia y la Prosperidad, uno de los grupos islámicos de mayor crecimiento en el país en los últimos años, tratará de aprobar una nueva ley que prohíbe las relaciones sexuales ocasionales entre personas que no estén casadas, así como la prostitución, conductas que se juzgarán por un procedimiento de "juicios rápidos" y serán castigadas con prisión. Además, la ley también regula la venta de alcohol, cuyo consumo prohíbe la religión islámica a sus fieles. Depok, en el sur de Yakarta, es una de las localidades "satélite" de la capital indonesia y acoge a una amplia comunidad universitaria, aunque también tiene sectores muy conservadores. La propuesta del gobierno municipal, encabezado por el alcalde Nurmahmudi Ismail, ha recibido el apoyo de los clérigos y de agrupaciones islámicas como el "Forum Mudzakaroh Syariat Islam" o "Pemuda Islam Indonesia", que entienden que protegerá a los ciudadanos de la "degradación moral" y servirá para mantener el "orden público y la seguridad". Estos grupos también se escudan en el incremento de casos de sida y sífilis en la región, que les sirven para argumentar que "se debe proteger a la población del sexo libre". Los defensores de la norma han hecho alarde de superioridad moral y han instado a quienes se oponen a ella a "reflexionar sobre su compromiso con el Islam". De aprobarse esta ley, Depok no hará más que seguir los pasos de su vecina ciudad de Tangerang, otro satélite de Yakarta, que a finales de 2005 aprobó también una norma que regula comportamientos morales. Entre otras medidas, la ley municipal de Tangerang prohíbe tener "comportamientos apasionados" en público, tales como besarse en la boca o abrazarse, además de establecer que las mujeres que paseen solas por la calle después de las siete de la tarde pueden ser juzgadas por "prostitución". La situación ha llegado aún más lejos en la provincia de Aceh, en el norte de Sumatra, donde las autoridades regionales han introducido la "Sharia", ley islámica, y cuentan con tribunales islámicos y un cuerpo especial de policía moral. Estos agentes se encargan, entre otras cosas, de detener a las mujeres que no se cubren la cabeza correctamente, lo que está castigado con una multa, y han llegado a apalear en público a mujeres que han sido vistas con un hombre que no era su marido. La última y controvertida propuesta de las autoridades provinciales de Aceh consiste en aprobar una ley que castigaría el robo cortando las manos a los ladrones, tal como establece el Corán, libro sagrado musulmán. En el sur de la isla de Célebes, también tres distritos han empezado en los últimos años a introducir leyes islámicas y están estableciendo cortes especiales para juzgar sus violaciones. Más de medio centenar de gobiernos locales o provinciales de Indonesia han aprobado ya leyes que regulan el modo de vestir de las mujeres y limitan las partes del cuerpo que se pueden dejar al aire. Algunas ciudades han llegado a obligar a las funcionarias, sea cual sea la religión que profesen, a que se cubran la cabeza para trabajar. El Partido de la Justicia y la Prosperidad ha llevado la cuestión de la "moralidad" al ámbito nacional, proponiendo la aprobación de una ley "antipornografía" de carácter estatal, que establece penas de un año de prisión para las mujeres que vistan minifalda, de hasta cinco años para parejas que sean sorprendidas besándose en público y de diez años para quienes bailen "de forma erótica". Sin embargo, la propuesta ha sido muy contestada por multitud de organizaciones defensoras de los derechos de la mujer y de los derechos humanos, así como por una sociedad como la indonesia, que se sigue caracterizando por el respeto y la tolerancia hacia los demás y la búsqueda constante de la armonía social.



¿Se puede agregar algo a la noticia?


La brecha cultural que separa a Occiedente de Oriente es muy profunda y hay que ser recíprocamente respetuosos de las costumbres, la religiosidad, el modo de enfrentar al mundo y la vida. Pero me parece que hay límites que no pueden ser traspuestos en nombre de ninguna cultura y/o religión, y es el límite del respeto a la dignidad de las personas, que es lo que parece transgredirse con ciertas reglas musulmanas.


Nuestro "Occidente" pareciera encontrarse lejos de impulsar legislaciones de esa índole, lo cual no quita la existencia de otras mescolanzas más o menos encubiertas entre ley y moral, con resultados nefastos. Para muestra, la inmensa mayoría de las legislaciones contravencionales provinciales, que todavía siguen pèrsiguiendo a la prostitución, al homosexualismo, a los ebrios, a los vagabundos y otras categorías sociales molestas al establishment.

Impostergable necesidad de relevamiento del arsenal de la Policía de la Provincia de Buenos Aires


El diario "Ecos Diarios" de la ciudad de Necochea informaba el 2 de Enero de 2007 que:

Un sargento de policía mató a un joven en confuso episodio, desarrollando en el cuerpo de la noticia:

El uniformado, junto a otros efectivos, participaba de un operativo para disuadir a un grupo de personas que se hallaban peleando
El hecho ocurrió durante un tumulto registrado en 26 y 79
Se caratuló como homicidio culposo
En un confuso episodio ocurrido en la madrugada de ayer en la esquina de 26 y 79, un joven de 22 años murió durante una reyerta, al recibir un disparo de arma de fuego que habría sido disparada por un policía. La víctima tiene un disparo en la cabeza.
Según informó ayer la Jefatura Departamental, en medio del tumulto, al sargento Alberto Quesada, numerario de Seccional Tercera que tiene 46 años, se le disparó el arma reglamentaria y el proyectil impactó en Eduardo Gastón Díaz, de 22 años, quien falleció en forma instantánea. El policía está aprehendido.
Efectivos de esa dependencia participaban en los operativos de nocturnidad dispuestos por la Departamental en la Villa balnearia. Ayer, alrededor de las 5, se recibió un llamado de vecinos de ese sector de la ciudad que alertaban sobre una pelea entre dos grupos de jóvenes.
Al llegar los policías, intentaron separar a los jóvenes, pero habrían sido hostigados y atacados, por lo cual debieron pedir refuerzos.
Según versiones, en medio de la pelea, uno de los jóvenes salió corriendo y fue perseguido por Quesada, a quien, en la acción, se le disparó el arma reglamentaria.
Sin embargo, el informe oficial de la Departamental sostiene que el disparo se produjo en el tumulto. Esto habría terminado abruptamente con la pelea.
Minutos después, se hizo presente en el lugar la jefa de la Policía Distrital, capitana Adriana García y hombres de Policía Científica, Dirección Departamental de Investigaciones.
También llegó la fiscal Analía Duarte, quien inmediatamente se hizo cargo del caso y solicitó la identificación de las personas que intervinieron en la pelea, vecinos que vieron como se desarrollaron los hechos y los policías que intervinieron.
El arma de Quesada fue secuestrada y el oficial fue aprehendido, pero debió ser internado en el Hospital Municipal "Dr. Emilio Ferreyra", con una seria crisis nerviosa por lo ocurrido.

Investigación
Díaz, de sólo 22 años, tenía tres hermanos, era pescador y hacía changas. Sus restos serán inhumados hoy, a las 11.30, en el cementerio local, previo oficio religioso en la sala de los servicios Sociales Sociales de la Usina, en 59 y 80.
Ahora la fiscal Analía Duarte, investiga las circunstancias en que se produjeron los hechos. En la tarde de ayer se tomaron declaraciones a varias de las personas que tuvieron participación en el incidente.
En tanto, se informó que Quesada permanecía internado en estado de shock.
Según sus compañeros, el policía tiene mucha experiencia en la calle y siempre fue considerado un hombre aplomado. Uno de sus hijos incluso es policía.
Por el momento permanecerá aprehendido hasta tanto la Fiscalía determine si debe ser detenido. En ese caso, sería desafectado del servicio.
En la Jefatura Departamental ya se inició un sumario administrativo para determinar la responsabilidad de Quesada en el hecho.
Mientras tanto, Duarte inició un sumario caratulado "homicidio culposo", aunque la carátula podría cambiar en las próximas horas.

Por su parte, el diario La Nación del Jueves 18 de Enero de 2007 informa:
Presunto caso de "gatillo fácil" en Los Hornos desarrollando en el cuerpo de la noticia


Un policía dijo que su arma se disparó sola. Está acusado de matar a un joven de 17 años
El sargento Santiago Regalía, detenido acusado de haber matado de un disparo a un adolescente de 17 años en el interior de un patrullero en la localidad platense de Los Hornos, afirmó que no tuvo intención de asesinar al muchacho, sino que el arma se disparó accidentalmente durante un forcejeo. Según informó la agencia de noticias Télam, Regalía, que pidió ayer declarar ante la fiscalía, explicó que el adolescente que llevaba detenido, Darian Barzábal, quiso "manotearle" su arma reglamentaria y durante un forcejeo ésta se disparó y lo hirió de muerte, informaron fuentes de la investigación. "Insistió en que nunca pretendió matar al menor, que el tiro fue accidental", contó un vocero de la investigación. Regalía, detenido y desafectado de la fuerza por estar acusado de homicidio agravado por alevosía, explicó que en la madrugada del 10 de este mes concurrió al lugar donde Barzábal había sido detenido por el policía Luis Doratto, a cuya casa habrían ingresado con fines de robo Barzábal y otro joven. "Regalía reconoció que, al llegar, le entregan al adolescente ya esposado con las manos atrás, en la espalda", explicó la fuente. El ex policía declaró que, mientras el chico permanecía dentro del móvil, "le dio directivas a Doratto para que fuera a la comisaría de Los Hornos a realizar la denuncia". Forcejeo Regalía, según la fuente citada por la agencia Télam, dijo que durante el viaje a la comisaría el menor quiso manotearle el arma reglamentaria, por lo que comenzaron a forcejear. Afirmó que mientras lo retenía con su mano izquierda, con su mano derecha extrajo su arma reglamentaria para alejarla del detenido, pero en el forcejeo el arma se accionó e hirió al adolescente, sostuvo el investigador. Hasta el momento, además de Regalía, otros cinco policías están detenidos por el crimen de Barzábal.

Es evidente que la sucesión de episodios de esta índole, donde dos jóvenes bonaerenses han dejado sus vidas en las calles como consecuencia que se disparan en forma accidental las armas reglamentarias de los uniformados, impactando los proyectiles en el cráneo, amerita una urgente revisión del arsenal de la Policía de la Provincia de Buenos Aires con el objeto de evitar la repetición de este tipo de sucesos que nos enluta.

Elogio de la intolerancia


Hace algún tiempo un amigo me enseñó que el concepto de "tolerancia" en realidad encubre una idea de superioridad poco aceptable para una concepción democrática de la vida en común.
En efecto, "tolerar" implica algo así como "te acepto a pesar que no me gustás" o "como yo soy tan amplio y evolucionado te soporto, a pesar que en fondo te aborrezco".
He reflexionado acerca de esa idea, y a pesar de la amplia difusión del concepto "tolerancia" en vastos círculos ilustrados, me he avenido a erradicarlo de mi léxico.
Sin embargo, no creo que suceda lo propio con su antónimo, la "intolerancia", y a pesar de la visceral aversión que supone su enunciación, considero que es posible encontrarle su costado positivo, digno de ser reivindicado.
Es así que reivindico la intolerancia contra la estupidez, intolerancia contra la mediocridad deliberada, intolerancia con la burocracia, intolerancia con aquellos que gozan en complicarnos la vida, intolerancia con los autoritarios.
Y no me estoy refiriendo a los grandes actos estatales que nos cosifican, que nos minimizan y nos subordinan. Me estoy refieriendo a los pequeños actos cotidianos del cajero del banco que nos atiendo con cara de culo, como si nos estuviera haciendo un favor, con el conductor que hace todo lo posible para imponerse sobre pares y peatones, con los telefonistas de las empresas de servicios que nos tienen cautivos a sus designios, con la doña Rosa que despotrica por la radio sin tener la más mínima idea de lo que está hablando, el empleado público que despliega un catálogo inagotable de requisitos a cumplir, el que disimuladamente se adelanta en la cola, y así sucesivamente.
Reinvindico las confrontaciones contra estos especímenes que alimentan su alicaído ego frustrando la posibilidad de una vida más placentera para los demás.
Aplausos para los que no se dejan mojar la oreja, para los que patean los mostradores, para los molestos que nunca están conformes, para los que cantan cuatro frescas, para los que vociferan a voz en cuello.
Y ¡viva la intolerancia!

lunes, 15 de enero de 2007

Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago

Me sorprendió la lectura de la noticia que se consigna más abajo y que ha salido publicada en varios diarios

Quinieleros oficiales ambulantes recorrerán las playas de nueve localidades de la costa atlántica, informó el instituto de Lotería y Casinos bonaerense. A partir de hoy, unos 32 corredores ambulantes levantarán apuestas en las playas de Necochea, Mar del Plata, Miramar, Pinamar, Mar del Tuyú, San Bernardo, Santa Teresita, partido de La Costa y Mar de Ajó.
El interventor del organismo provincial, Franco La Porta, precisó que se trata del Programa de Operadores de Terminales Portátiles, que por segunda temporada se pondrá en marcha con el objetivo de combatir el juego ilegal. Esta iniciativa, que durante el año funciona en varios partidos bonaerenses, se lanzó en nueve localidades de la costa atlántica, como una manera de extender el juego oficial a cualquier lugar de la costa y, consecuentemente, que su recaudación tribute en el Estado provincial. El interventor del Instituto expresó que "tenemos que considerar los efectos sociales positivos, no exclusivamente el incremento de la recaudación, que llega como consecuencia de la implementación de todo el sistema". "La posibilidad de que haya gente que trabajaba en la informalidad y que hoy se pueda incorporar al sistema, también es un rédito desde el punto de vista social para la provincia", afirmó. (Fuente: Prensa Gobernación)
Es curioso que aquella actividad que en manos de particulares y de acuerdo a lo dispuesto por la ley 13.470 (B.A.) puede ser sancionada con pena de "arresto" de hasta 3 años y multa de hasta $ 200.000 (lo cual daría la sensación que se trata de una conducta verdaderamente lesiva y reprochable), luego sea promovida hasta la exacerbación por el propio estado que la reprime.
¿No hay alguna contradicción en este comportamiento? ¿Aquello que en manos de los particulares es severamente sancionado puede tornarse lícito por la sola circunstancia que se encuentre en manos públicas?
No sé, hay algo que no me termina de cerrar.
Es evidente que la criminalización del juego clandestino tiene por objeto evitar la competencia al erario público y que no existe ninguna otra finalidad que la pueda justificar.
Ahora, si ese es el fin del estado (evitar actividades en competencia para incrementar la recaudación), se me ocurren otras actividades que podría emprender, promover, estimular y desarrollar. Por ejemplo: podría instalar casas de tolerancia, tráfico de órganos, venta de armamento sin identificación (como lo ha hecho en otras oportunidades), y así sucesivamente, una serie de actividades que han demostrado ser altamente rentables en manos de los particulares y en las que posiblemente pudiera incursionar el estado.
Por otro lado, se verificaría la mágica ecuación que convierte en lícito aquello que en manos de particulares es ilícito.

INSUMISOS

(Real académia española)
Insumiso: no sumiso, desobediente.
Sumiso: obediente, subordinado. Rendido, subyugado.
Insumisión: falta de sumisión.
Sumisión: acción y efecto de someter. Rendimiento u obsequiosa urbanidad con palabras o acciones. acto por el cual alguien se somete a otra jurisdicción, renunciando o perdiendo su domicilio y fuero.

SIN PALABRAS

POBREZA Y GLOBALIZACION

Se mide y se cuenta no sólo para saber magnitudes, sino para discriminar, comparar y focalizar acciones. Se miden y se cuentan las cosas. Los pobres también se miden y se cuentan? Los pobres son tratados como números, como un índice de pobreza, como cosas, como objetos. Por ello, medir la pobreza en el mundo, en cada país, región, grupo social, está ligado a la determinación de "políticas sociales" que permitan "combatir" e "identificar" la pobreza, vale decir, tenerla bajo control.
La cuantificación de la pobreza se hace desde lógicas que lleven a la integración de los pobres a la sociedad establecida, sin que se cuestionen ni las normas, ni los valores, ni las lógicas que la causan. Se busca siempre, con la medición, formular políticas de ajuste de los pobres a los recursos y programas. Se mide a los pobres sólo para ser asistidos, en el mejor de los casos, no para cambiar su orden de cosas, se les cuenta sólo para determinar la magnitud de un gasto, o si conviene o no invertir en ellos.
La medición de la pobreza es, en sí misma, un procedimiento político. Se mide para administrar a los pobres, para que no representen peligro o riesgo social.
Europa se fortalece. Y construye murallas. Murallas para que no la invadan los indeseables. Y murallas para poder desentenderse y vivir tranquilos, sin que ante sus ojos se hagan ver los miles que mueren de hambre y de enfermedades curables cada minuto y a no muchos kilómetros, producto de la exclusión que sus propias políticas neoliberales generan.
La perversidad de la Globalización se hace cada vez más evidente. Con la ampliación de los mercados, un productor en un país en vías de desarrollo ya no tiene que preocuparse por la estrechez del mercado local. Esta estrechez le habría conducido a tener que propiciar un ensanchamiento del mercado local por medio de medidas redistributivas de combate eficaz contra la pobreza, para incorporar al mercado un número mayor de consumidores. Pero, con la apertura de los mercados que ha traído la Globalización, a los productores locales ya no les importa que el mercado local sea reducido, porque tienen todo el mundo por delante y los mercados de los países más ricos para vender toda su producción y más. Con eso, lógicamente, se pierde el estímulo para propiciar medidas de redistribución. Los pobres locales pierden interés para los negocios con proyección exportadora. No queda un aliciente económico para eliminar la pobreza. Los pobres dejan de estar relacionados con el sistema como compradores futuros, y las innovaciones tecnológicas que afectan el mercado de trabajo se encargan de que tampoco lo estén como "ejército industrial de reserva". Su suerte es la marginación funcional y la exclusión estructural. Muchos desempleados e inempleables han caído en esta infame categoría.
Y esta gran mayoría que son los excluidos a nivel mundial se mantienen bajo control, sedados y adormecidos para evitar que se manifiesten. Cuando quieren hacerlo, la solución ya está diseñada: identificar al crimen con la "clase baja" (que siempre es local!) o, lo que es casi lo mismo, la criminalización de la pobreza. Los tipos más comunes de criminales que aparecen a la luz pública provienen, casi sin excepción, del fondo de la sociedad. Los guetos y las zonas de exclusión urbanas aparecen como caldo de cultivo del delito y los delincuentes. No preocupa, por el contrario, controlar y castigar a aquellos que mediante la corrupción, el desmesurado afán de lucro sin obedecer norma ética ni jurídica alguna, han llevado a estas personas a la más absoluta pobreza. Es decir, no sólo la producen, sino que una vez producida, la excluyen del modo más eficaz posible. Todo se trata de controlar poblaciones agregadas. Y el sistema penal es la herramienta más eficaz para hacerlo.
El rechazo y la exclusión son humillantes con toda intención; su objetivo es que el rechazado-excluido acabe por aceptar su imperfección e inferioridad social. No es casual que las víctimas se defiendan. Antes que aceptar sumisamente el rechazo y convertir el acto oficial en un autorrechazo, prefieren rechazar a quienes los rechazan.
En fin, concluyo citando a Z. Bauman (La Globalización. Consecuencias Humanas), quien -con la lucidez que lo caracteriza- sostiene, a propósito, lo siguiente: "el rechazo incita al esfuerzo por circunscribir las localidades a la manera de campos de concentración. El rechazo de los rechazadores incita al esfuerzo de transformar la localidad en una fortaleza. Los efectos de ambos esfuerzos se potencian mutuamente y juntos garantizan que la fragmentación y el extrañamiento "en la base" sean los hermanos gemelos de la globalización "en la cima".

domingo, 14 de enero de 2007

¿Venezuela rumbo al anarquismo?

Hoy nos hemos encontrado con una noticia bastante sorprendente en www.clarin.com/diario/2007/01/14/elmundo/i-02015.htm, la que bajo el inofensivo título de "Mayor poder para los consejos comunales" encubre lo que parecería ser una marcha hacia un modelo autogestionario (¿anarquista?) en la hermana República Bolivariana de Venezuela.

Desde abril se venían haciendo en Venezuela ensayos en los que grupos de 200 a 400 familias decidían, en asamblea, cuáles eran sus necesidades como comunidad: construir cloacas, abastecer un hospital o lo que fuera. El gobierno entregaba directamente los recursos a la asamblea a través de un "banco comunal", sin pasar por los intendentes. En esta nueva etapa —aseguró Escarrá a Clarín— el objetivo será aumentar el autogobierno del pueblo. Habrá más transferencia de poder, de recursos y de capacidad de administración directamente para estos consejos comunales.El plan se llama "Explosión Revolucionaria del Poder Comunal" y se espera que, con el tiempo, estos consejos se reúnan en mancomunidades y luego en federaciones. En el mediano plazo desaparecerían los intendentes, los consejos municipales y juntas parroquiales, "figuras que fueron llevadas a España por la invasión mozárabe y luego traídas a América con la conquista española", explicó Escarrá. "Quizás en un plazo muchísimo más largo podría incluso desaparecer la figura de los gobernadores".Por fuera del gobierno, se ven, en esta idea, sus bemoles. "Los consejos comunales —comentó a Clarín el sociólogo Edgardo Langer desde Caracas— son positivos porque se discuten los problemas de la comunidad, hay debate político y la gente se involucra con su lugar. Pero tiene cosas negativas: su ámbito de incidencia es muy acotado y, sobre todo, al ser dependientes de los recursos del Estado puede establecerse una relación vertical clientelar"

Para quienes somos amantes de la libertad llevada a sus últimas consecuencias, no puede dejar de llamarnos la atención una noticia de este calibre. No obstante nos permitimos un margen de escepticismo. En primer lugar, ya que la grandilocuencia de Hugo Chávez no es del todo convincente, o al menos denota un dejo de populismo.

Pero en el fondo suscita algunas dudas, ya que no es compatible que desde el propio estado (si, "estado" con minúsculas) se impulse un proyecto en cuyas entrañas anida la destrucción de las formas organizativas tradicionales, como por ejemplo, el propio estado que preside Hugo Chávez.

En resumidas cuentas: ¿es posible promover la libertad llevada a sus máximas expresiones desde instancias organizativas que directa o indirectamente medran con su limitación?

Dejamos abierto el interrogante.

¿Es necesario ser "genial"?

La nota inaugural de un blog supondría que es necesario decir cosas poco menos que geniales, o al menos un tanto originales, justificando de ese modo la apertura del espacio.

Sin embargo, nuestra genialidad u originalidad consistirá en no decir ninguna cosa genial u original (al menos por el momento).

Simplemente echar a rodar la bola y que de aquí en más salga lo que salga.

Venimos nadando contra la correntada, con la lengua afuera y ya hemos tragado un poco de agua. Si bien sabemos que nadar contra la corriente no es lo más aconsejable para preservar la integridad, de cualquier modo vamos a seguir intentándolo. Ya que suponemos que ese es el modo de no dejarnos llevar por las opiniones predominantes, por las morales medias y por la corrección política.

Y porque pensamos que "nadar contra la corriente" es lo que debe hacer aquél que lucha por la libertad como un valor superior sin el cual no hay posibilidades de realización personal ni colectiva.