jueves, 18 de enero de 2007

Elogio de la intolerancia


Hace algún tiempo un amigo me enseñó que el concepto de "tolerancia" en realidad encubre una idea de superioridad poco aceptable para una concepción democrática de la vida en común.
En efecto, "tolerar" implica algo así como "te acepto a pesar que no me gustás" o "como yo soy tan amplio y evolucionado te soporto, a pesar que en fondo te aborrezco".
He reflexionado acerca de esa idea, y a pesar de la amplia difusión del concepto "tolerancia" en vastos círculos ilustrados, me he avenido a erradicarlo de mi léxico.
Sin embargo, no creo que suceda lo propio con su antónimo, la "intolerancia", y a pesar de la visceral aversión que supone su enunciación, considero que es posible encontrarle su costado positivo, digno de ser reivindicado.
Es así que reivindico la intolerancia contra la estupidez, intolerancia contra la mediocridad deliberada, intolerancia con la burocracia, intolerancia con aquellos que gozan en complicarnos la vida, intolerancia con los autoritarios.
Y no me estoy refiriendo a los grandes actos estatales que nos cosifican, que nos minimizan y nos subordinan. Me estoy refieriendo a los pequeños actos cotidianos del cajero del banco que nos atiendo con cara de culo, como si nos estuviera haciendo un favor, con el conductor que hace todo lo posible para imponerse sobre pares y peatones, con los telefonistas de las empresas de servicios que nos tienen cautivos a sus designios, con la doña Rosa que despotrica por la radio sin tener la más mínima idea de lo que está hablando, el empleado público que despliega un catálogo inagotable de requisitos a cumplir, el que disimuladamente se adelanta en la cola, y así sucesivamente.
Reinvindico las confrontaciones contra estos especímenes que alimentan su alicaído ego frustrando la posibilidad de una vida más placentera para los demás.
Aplausos para los que no se dejan mojar la oreja, para los que patean los mostradores, para los molestos que nunca están conformes, para los que cantan cuatro frescas, para los que vociferan a voz en cuello.
Y ¡viva la intolerancia!

1 comentario:

Alberto Bovino dijo...

GRANDE OBRÍ!

FANTÁSTICO TANTO LO DE LA "TOLERANCIA" (QUE SE DEBE REMPLAZAR POR "RESPETO") COMO LO DE LA INTOLERANCIA.

HACE VARIOS AÑOS, CUANDO ESTABA VIVIENDO Y TRABAJANDO EN GUATEMALA, ESTABA SIN UN CENTAVO Y FUI A MI BANCO DESPUÉS DEL TRABAJO UN DÍA VIERNES QUE ERA SEGUIDO POR CUATRO DIAS DE FERIADO BANCARIO.

CUANDO ME LLEGA EL TURNO, PELO CHEQUE DE MI SUELDO Y PASAPORTE (ERAN LAS 20 HORAS, Y MI OFICINA CERRABA A LAS 17), Y EL EMPLEADO INTENTA COMUNICARSE TELEFÓNICAMENTE CON MI OFICINA. LE DIJE: "SEÑOR, LA OFICINA CIERRA A LAS CINCO", A LO QUE RESPONDIÓ, "NO LE PUEDO ABONAR ESTE IMPORTE SIN QUE ME CONFIRMEN DE SU INSTITUCIÓN".

LA "CONFIRMACIÓN" CONSISTÍA EN DECIR ALGO ASÍ COMO "AQUÍ HAY UN GORDITO DE TRAJE AZUL CON CARA DE ENAJENADO QUE TIENE UN CHEQUE POR NO RECUERDO CUÁNTOS DÓLARES".

COMO, POR SUPUESTO, NADIE CONTESTÓ, EMPECÉ A LOS GRITOS. A MEDIDA EN QUE TODAS LAS PERSONAS HACÍAN SILENCIO (NUESTRA FORMA DE RECLAMAR ES CONSIDERADA EXTREMADAMENTE MALEDUCADA EN GUATEMALA), LE DIJE A ESTE BUEN SEÑOR:

"MIRE SEÑOR, ME HAN DEPOSITADO UN CHEQUE POR USD 800 HACE VEINTE DÍAS Y AÚN NO FIGURA EN MI CUENTA. AHORA VENGO CON UN CHEQUE EN PERFECTO ESTADO Y CON MI PASAPORTE A RECLAMAR QUE ME ENTREGUEN EL DINERO QUE ME PERTENECE Y USTED ME OPONE UN SUPUESTO CONVENIO QUE YO NO CONOZCO, NI FIRMÉ, NI VÍ JAMÁS, QUE SE SUPONE QUE LE IMPIDE PAGARME MÁS DE USD 500 SIN CONFIRMAR CON ESE PROCEDIMIENTO RIDÍCULO AL QUE LE DA MÁS VALOR QUE A LA PRESENTACIÓN DE MI PASAPORTE".

EL EMPLEADO RETROCEDÍA CON LOS OJOS CADA VEZ MÁS ABIERTOS COMO SI QUIEN TUVIERA ENFRENTE FUERA UN ASESINO SERIAL. COMO NO RESPONDIÓ NADA LE GRITÉ:

"¿USTED SABE LO QUE ES UN CHEQUE?".

Y NO SÉ CÓMO PUDE RECORDAR LA DEFINICIÓN QUE HABÍA MEMORIZADO MUCHOS AÑOS ATRÁS:

"ES UNA ORDEN DE PAGO PURA YSIMPLE LIBRADA CONTRA UN BANCO....".

Y LUEGO DE FINALIZAR CON MI LEGULEYA DEFINICIÓN ARGENTINA, LE DIJE:

"¿SABE QUE?, SI UD. ME DA 2.000 QUETZALES YO ME DEJO DE JODER".

EL PIBE HUYÓ DEPAVORIDO A HABLAR CON EL GERENTE Y FINALMENTE LOGRÉ HACERME DE MI DINERO. ESO FUE UNA MUESTRA DE MÁXIMA INTOLERANCIA Y MALEDUCACIÓN EN GUATEMALA, Y EL EJERCICIO DE MI LEGÍTIMO DERECHO.

SALUDOS, OBRI