jueves, 15 de marzo de 2007

¿Neoinquisición o la misma Inquisición de siempre?

Los diarios de hoy hacen saber algunas de las "novedades" emanadas del Vaticano por medio de la exhortación apostólica denominada "Sacramentum Caritatis", y más concretamente de su titular (Benedicto XVI) y la Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio).

He aquí alguna de ellas:
  • se reconviene al sacerdote Jon Sobrino (jesuita embanderado con la teología de la liberación y que fuese uno de los ayudantes del obispo Oscar Romero, asesinado por los militares en el año 1980 mientras daba oficio en la Catedral) por la orientación de sus escritos, que reivindica a la Iglesia como "la iglesia de los pobres", impidiéndole ejercer la docencia en todo centro católico y la difusión de sus libros mediante la Iglesia.
  • se reivindica la doctrina del celibato sacerdotal, ya que "vivido con madurez, alegría y decisión, es una grandísima bendición para la Iglesia y para la sociedad misma"
  • no se admite suministrar los sacramentos a los divorciados, casados por segunda vez, "porque su estado y condición de vida contradicen objetivamente esa unión de amor entre Cristo y la Iglesia que se significa y se actualiza en la Eucaristía"
  • se propone que en las liturgias se retome el uso del latín
  • reclama volver al canto gregoriano de algunas partes de la liturgia
  • se pide "moderar" el saludo de la paz, ya que provoca "confusión"

No pretendo inmiscuirme en cuestiones de la fe, ni nada que se le parezca, ya que considero que esa es una cuestión reservada a cada individuo y a sus más profundas convicciones.

Pero a lo que sí me considero con derecho, como habitante de este suelo y ciudadando del mundo, es a poner en tela de juicio la influencia en cuestiones "terrenas" que pretende seguir ejerciendo la Iglesia católica, como lo es le derecho a expresarse libremente (caso del sacerdote Jon Sobrino), el derecho a la intimidad personal y a formar una familia (celibato y negativa del suministro de los sacramentos a los divorciados) y el derecho a una información veraz (dar misas y cantar en idiomas incomprensibles).

Aunque para muchos no es ninguna sorpresa (de acuerdo a los antecedentes del Papa Benedicto), lo cierto es que la Iglesia católica profundiza de este modo su deslizamiento hacia sus peores tradiciones de sectarismo y de oscurantismo, lo cual no sería un problema en la medida que se redujese a los integrantes de su credo y a quienes quieran ajustarse a ese modo de vivir la vida, pero que sí se transforma en un problema de verdaderas dimensiones en la medida que estas doctrinas comienzan a extenderse por el resto del orbe con pretensiones de valor "erga omnes".

En este sentido, la Iglesia católica (como muchos otros credos) ha entendido desde siempre ser la depositaria de "la verdad revelada", y como tal, con derecho a imponer esas verdades a sus súbditos. Y lamentablemente, en todas partes existe dirigencia encumbrada que piensa que "se puede ganar el cielo", o que hace méritos para aproximarse a sus umbrales, en la medida que imponga al resto sus propias creencias, sus prácticas y su moral.

En este sentido, la actual dirección política de la Iglesia en poco contribuye al afianzamiento de una sociedad democrátia y pluralista, y muy por el contrario profundiza los miedos y la ignorancia del pueblo.

4 comentarios:

Fabiana Bump dijo...

Cosa que, por otra parte, es lo que siempre hizo, trabajar sobre la ignorancia y el miedo.

Dieguistico! dijo...

En realidad, si la Iglesia como Organización quiere poner las reglas que se les ocurra, no veo el problema. Por suerte ya no tienen el poder de obligarte a pertenecer a "su" iglesia. Así que si le quieren seguie imponiendo el celibato a su curas que lo hagan. El tema es cuando se constituyen en actores políticos de peso, y quieren imponer sus particulares visiones morales al resto de la sociedad.
Mi opinión es que estas posturas van a seguir alejando a la gente de la Iglesia Católica como institución, y por eso no es raro que haya un crecimiento de otras variantes del cristianismo. Y en la medida que eso suceda la influencia del Papa y la Iglesia va a ser menor, y las estupideces que puedan decir menos relevantes.

Fabiana Bump dijo...

Es cierto Diego lo que decís, pero la Iglesia aún mantiene muchísima influencia, y esa postura autoritaria y dogmática que tiene para adentro inevitablemente la proyecta hacia afuera, inoculando una deformación del pensamiento.

Anónimo dijo...

Diego:

La Iglesia no es el Papa. NI siquiera la institución. También está integrada por la comunidad de fieles, como varios hermanos y amigos míos. Las propuestas que está haciendo este infalible señor —¿será infinitamente bueno haber simpatizado con los nazis?— como seguir insistiendo con esa morbosa obsesión que tienen con la virginidad, que debemos lograrala reprimiendo los institntos que según ellos, Dios nos dió.

LIndo pibe este muchacho. te pone en un planeta con unas mujeres alucinantes, y después te prohíbe mirarlas, no hablemos ya de relaciones sexuales ¿no les parece un poco sádico?

Saludos,

AB