sábado, 17 de marzo de 2007

Los Santos Inocentes


Confieso que hay cosas que me desvelan.

Por estos días, han cobrado una especial fuerza informativa los casos de las personas que deben permanecer durante años encarceladas para que, al cabo de sus respectivos juicios, terminen siendo declaradas inocentes y absueltas.

Así esta noticia y esta otra, que nos hablan de individuos que estuvieron 3 años y medio y 4 años tras las rejas, para que al cabo de ese tiempo un señor les dijera: "Disculpen, nos equivocamos, puede volver a su casa"

No solo eso. Si bien ya era conocido, también se ha difundido por estos días esta noticia que nos habla de un 30 % de las personas detenidas en la provincia de Buenos Aires, que al cabo del juicio también resultarán absueltas o sobreseídas.

Este cuadro me sugiere las siguientes reflexiones:

a) que el Poder Judicial debe asumir que no administra justicia divina, que está sujeto a equivocarse y que en consecuencia debe realizar esfuerzos serios y sostenidos para minimizar las consecuencias de sus propios errores, como por ejemplo disponer prisiones preventivas únicamente para aquellos casos donde no exista otra solución posible y alternativa.

b) que el encarcelamiento preventivo no puede constituir la variable de ajuste para administrar la problemática de la inseguridad, y que la misma debe ser resuelta por otras vías que no supongan iguales o mayores atentados a los derechos y las garantías que los que afectan los propios delitos.

c) que no habrá sociedad pluralista y democrática en la medida que sus integrantes no asuman los dolores ajenos y acepten que sus conflictos deben ser resueltos por vías menos cruentas que los que emplea para remediarlos.

2 comentarios:

Fabiana Bump dijo...

Chabán es el mejor ejemplo sobre lo opinado en el post.
Sus co-imputados hacen recitales, y él, que pagó la fianza y no va a fugarse, sigue preso.

Dieguistico! dijo...

Coincido plenamente, y agregaría que es momento de abandonar esa nefasta doctrina según la cual el Estado sólo debe indemnizar en estos casos cuando el dictado de la prisión preventiva hubiera sido manifiestamente infundado.

¿Cómo puede ser que en materia de accidentes de tránsito exista responsabilidad objetiva, y para casos gravísimos de privación de la libertad de personas inocentes haya que demostrar la culpa grave del juez?

Hay que parar de una vez la hipocresía estatal de lavarse las manos en ese sentido, y no indemnizar a personas injustamente privadas de su libertad, mientras a los ciudadanos se los carga más y más de responsabilidades de todo tipo.

Lamentablemente, esos son los efectos de una cultura estatista y autoritaria donde el Estado es todo y el individuo nada.