jueves, 8 de febrero de 2007

Una Nueva Emergencia


A raíz de una serie de fatídicos accidentes de tránsito acontecidos en los últimos meses del año 2006 en carreteras bonaerenses, el gobernador ha dado el Decreto de Necesidad y Urgencia 40/07 por el que pone en vigencia un nuevo Código de Tránsito en el territorio provincial.
El nuevo Código declara la "emergencia" del tránsito bonaerense, ampliando las facultades de intervención de las autoridades de aplicación (inspectores municipales, funcionarios policiales) e incrementando las escalas sancionatorias por las infracciones, las que llegan a arrestos de hasta 60 días para los conductores, inhabiltaciones perpetuas y absolutas para conducir y secuestros preventivos de los rodados sin posibilidad de ejercitar defensa alguna.
En primer lugar señalar que las vidas humanas son bienes preciados que habilitan la intervención estatal en su resguardo, en tanto y en cuanto ello no implique exhorbitar el principio de razonabilidad y proporcionalidad en el obrar, pretendiendo recurrir a cualquier tipo de medios para la consecución de los fines propuestos, tendencia por demás recurrente en la legislación de los últimos tiempos, tendencia que podríamos sintetizar como una proclividad a "cortar camino" para sortear los obstáculos que suponen los derechos y las garantías.
En segundo lugar, que la experiencia histórica demuestra que las declaraciones de "emergencia" suelen encubrir algunas consecuencias de las que, con el correr del tiempo, solemos lamentarnos.
En el caso de esta "emergencia", lo que la misma pretende es suprimir mágicamente una serie de riesgos que supone la vida moderna recurriendo a la ficción de que con el dictado de una ley (en este caso un decreto de necesidad y urgencia) se va a modificar la realidad de un plumazo. Sin embargo, es esa misma realidad la que se encarga de desmentir la pretensión oficial, con la lamentable reiteración de accidentes fatales, a pesar que el "nuevo" Código de Tránsito ya se encuentra en vigencia.
Ahora bien, lo que no se advierte por parte del gobierno bonaerense es un parejo brío en la adopción de acciones concretas y positivas para solucionar este problema, como el que exhibe a la hora de sancionar reglamentaciones restrictivas.
Por ejemplo, no se advierte el mismo entusiasmo en la construcción de carreteras de doble vía en aquellas rutas que presentan una alta densidad en el tránsito, acción que en forma concreta y tangible evitaría accidentes de todo tipo, como lo demuestran las estadísticas de la ruta 2, a pesar de la gran cantidad de rodados que se desplazan por la misma.
Tampoco se advierte el mismo entusiasmo en, al menos, señalizar las rutas ya existentes, con bandas laterales y centrales, de tal manera que cuando oscurece el conductor pueda saber si está transitando por su carril, o por el carril contrario o por la banquina.
Que por lo menos se tapen los pozos que pueblan a la mayorías de las rutas, que provocan que por esquivarlos nos incrustemos contra un camión que viene de frente.
Que por ejemplo las policías viales se encarguen de controlar si los vehículos cuentan con todas las luces reglamentarias para poder ser vistos por el resto, en vez de perder el tiempo en controlar si hemos pagado la última patente.
Y así sucesivamente.
Insisto, tengo la certera sensación que el gobierno bonaerense adopta una impostura de fiereza, de ponerse con el ceño adusto con los conductores, sin asumir sus propias responsabilidades, como lo es la de proporcionar vías seguras.

1 comentario:

Dieguistico! dijo...

Estoy muy de acuerdo con vos en este tema. Los latinos en general, y los argentinos en particular, padecemos de una suerte de "legalismo mágico", según el cual la realidad puede ser modificada por la voluntad del legislador. Entonces, ante cualquier problema, dictamos leyes, decretos, resoluciones y pensamos que mágicamente se soluciona todo.

Los anglosajones, a los cuales un poquito mejor les fue (al menos en el aspecto económico) fueron bastante más inteligentes al adoptar un sistema en el cual los jueces se limitan a "descubrir" las leyes que ya estaban vigentes en la sociedad antes de la intervención del legislador. De ese modo el derecho se adapta mucho mejor a la práctica social que en un sistema como el nuestro donde se cree que el legislador todo lo puede.

El fenómeno tiene explicaciones más complejas, algo que ver probablemente con el desarrollo histórico de Inglaterra y las sociedades latinas, y en realidad el common law ya no es lo que solía ser... pero así y todo las diferencias resultan interesantes, y este ejemplo que traes a discusión es una muestra del tipo de mentalidad que nos rige y los pobres resultados a los que lleva.