martes, 20 de febrero de 2007

Las cárceles serán...


a Pablo Salinas
El pasado 13 de Febrero la Corte federal vuelve a expedirse con relación a la vergonzosa situación reinante en la Penitenciaría Provincial de Mendoza y en la unidad Gustavo André de Lavalle, también de la provincia de Mendoza, intimando esta vez al Estado Nacional para que en el término de 20 días ponga fin a la situación que se vive en dichos establecimientos (naturalmente, en lo que a condiciones de alojamiento de personas se refiere) y recordando que la cláusula del artículo 18 constitucional que dispone que: "Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas, y toda medida que a pretexto de precaución conduzca a mortificarlos más allá de lo que aquélla exija..." tiene contenido operativo, es decir, debe ser cumplimentada sin necesidad de ley alguna que la reglamente.
Es de recordar que ya en el curso del año 2005 fué la propia Corte Interamericana de Derechos Humanos la que dispuso medidas provisionales con relación a la Penitenciaría Provincial de Mendoza, disponiendo la adopción de una serie de medidas que evidentemente no se han cumplido.
Por su parte, la Comisión Provincial por la Memoria (presidida por el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel y por el fiscal federal Hugo Cañón) terminan de solicitar la clausura de la carcel de Magdalena (donde hace poco más de un año perdieron la vida 33 internos calcinados), denunciando que allí tampoco se cumplen las condiciones mínimas para el alojamiento de personas.
Podríamos seguir sumando situaciones puntuales a este listado, todas ellas de similar gravedad, pero considero que a esta altura de los acontecimientos la misma se convierte en una tarea ociosa y repetitiva.
La situación carcelaria en la República Argentina (y en la provincia de Buenos Aires en particular), reviste una gravedad inusitada, que bien podría ser asimilada a una catástrofe humanitaria. A pesar de la incontrastable evidencia, poco y nada es lo que se hace para revertir esta situación, lo cual coloca a nuestros gobernantes en la insoslayable responsabilidad por las consecuencias derivadas.
Sin embargo, me encuentro convencido que no obstante que el fenómeno penal forma parte de las agendas de la mayoría de la dirigencia política, lo cierto y lo concreto es que la situación carcelaria no reditúa votos, y es por eso que las soluciones nunca terminan de llegar, tan siquiera para mitigar tan afligente situación de individuos que con todos sus defectos y virtudes, son seres humanos que no merecen ser tratados del modo humillante y vejatorio a que son sometidos.
La falta de atención de la situación carcelaria comporta un manifiesto desinterés y descompromiso con la suerte de los más débiles, que más tarde o más temprano será objeto de severas condenas pecuniarias por parte de los organismos internacionales de derechos humanos.
Medidas que deben ser adoptadas con urgencia para revertir la situación descripta:
1.- hacer cesar en forma inmediata los encarcelamientos preventivos, como no sea que los mismos comporten el único modo de asegurar la realización del proceso.
2.- impulsar una fuerte política tendiente a disminuir los niveles de encarcelamiento en general, sustituyéndolos por medidas alternativas al encierro.
3.- remodelación de las cárceles existentes para tornarlas lugares de alojamiento dignos, sin que ello implique la construcción de nuevos establecimientos penitenciarios.
4.- que las cárceles dejen de ser megalópolis superpobladas y superhacinadas, para convertirse en centros de baja densidad poblacional (no más de 120/150 personas por establecimiento)
Para terminar, una imagen que me movilizó a escribir lo precedente. La televisión termina de hacer un reporte vinculado con la situación de Angel Federico Robledo Puch, asesino serial de los años '60, y que desde aquel entonces permanece encarcelado, quien ya se encuentra en condiciones de recuperar la libertad.
Sucede que luego de los más de 30 años de "tratamiento", Robledo Puch no tiene ningún interés en volver a la calle, le teme a la libertad. Ha quedado detenido en el tiempo, habla de coches que ya no se fabrican más, la política para él es Perón, no registra ciertos adelantos de la vida moderna. En definitiva, los especialistas dicen que se encuentra poco menos que "lobotomizado".
¡Viva la resocialización!

2 comentarios:

Fran N. Ferrón dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Fran N. Ferrón dijo...

Hola Mario, es un honor firmarte el blog, y sobre todo en semejante tema.
La situación de las cárceles argentinas es lamentable, y debería ser remediado inmediatamente. Las estadisticas de población son abrumadoras y de un gran porcenjate de inocentes -hasta que no se demuestre lo contrario- en prisión preventiva.
No me gustaría predicar, pero en Estados Unidos las cárceles son privadas, y donde grandes empresas multinacionales utilizan a la "mano de obra barata" para producir, o sea a los internos. Por cierto, hay un articulo interesante "La industria en las cárceles de EEUU: ¿un gran negocio o nueva forma de esclavitud? Revista Koeyu" http://www.rebelion.org/noticia.php?id=21089" que te recomiendo.
Sería bueno tenerlo presente, no cometamos el mismo error aca.

Un abrazo.