sábado, 3 de febrero de 2007

Réplica a Francesco. ¿Pesimismo cósmico?

Quisiera evocar una respuesta al último mensaje publicado en el blog. El concepto es claro: juzgando a los criminales que como miembros de fuerzas del Estado -durante dictaduras o no- han cometido de los hechos más atroces que todos muy bien conocemos, redundaría en una inversión de la selectividad del sistema penal, se debilitaría el estereotipo del criminal, se reforzarían las garantías por igual para todos, se absolverían más de los actuales "clientes del sistema", se reduciría, al fin, el poder punitivo.

Tengo una visión un poco más pesimista (aunque la veo realista). Menos derecho penal, con más derecho penal. Suena ilógico. Más garantías, con menos garantías. Contradictorio. Delito prescripto -derecho adquirido?-, ahora imprescriptible. Como habremos de lograrlo? Es parte de las mismas lógicas contradictorias que hemos visto hasta el hastío y a las que la propia lógica punitiva nos ha acostumbrado, como pretender enseñar a alguien a vivir en libertad privándole de la misma...

Creo que esta es una nueva trampa que el pensamiento autoritario nos pone en el camino, para hacernos tropezar una vez más ... El juzgamiento de estos criminales de estado no es una inversión de la selectividad propia del sistema penal, sino que, contra lo que pudiera parecer, es una muestra de lo contrario. Quienes ahora están siendo sometidos a juzgamiento (dejándolos al margen de las garantías del derecho penal liberal, aun de esas que sí se aplican a los "clientes habituales" -vgr. prescripción-), son quizá tan débiles como estos últimos. Tal vez no en cuanto al poder económico que ostentan, pero sí en cuanto a su poder político: son miserias humanas, rastrojos que han quedado de las cruentas dictaduras, y que el poder punitivo hoy esté recayendo sobre esos, es una muestra clara de que han perdido el poder y de que son tan vulnerables como cualquiera de los demás sobre los que cae el sistema. No veo cómo juzgando a éstos, podremos afianzar las garantías para "nuestros otros", cuando no sea vendiéndome la falsa idea de que violando las garantías lograremos reivindicarlas. Los que tienen poder, mientras lo tengan, seguirán siendo inmunes al sistema. Cuando dejen de tenerlo, el sistema podrá captarlos, pero esto no hará sino demostrar con toda crudeza la selectividad del poder punitivo.
La selectividad, pues, seguirá existiendo. Disfrazada. Recayendo en otros sobre los que en otra época no hubiera recaído, pero selectividad al fin. Es un rasgo estructural del poder punitivo. Y no se podrá eliminar. Los "clientes inamovibles de la penalidad" que tanto nos pesan, lo seguirán siendo mientras el sistema exista.
Si somos abolicionistas, tenemos que abolir. Y abolir, amigos, es abolir. Y si nos declaramos abolicionistas abolamos, pero abolamos todo. La reducción no me conforma. La venganza tampoco. Un derecho penal mejor no me seduce. Algo mejor que el derecho penal, en cambio -parafraseando a Radbruch- sí lo hace.
De lo que se trata, hermanos, es de apropiar el instrumento jurídico, de acceder al derecho, para acceder con él a las libertades y a la satisfacción de la necesidad de los no-sujetos inmersos indeclinablemente en los abismos de la miseria.
Es cierto que el derecho ha sido siempre utilizado para dominar y normalizar: precisamente, que para anular la dominación, el desposeído tendrá que tomar la herramienta jurídica.
Sin miedos ni temores, hastiados de tanta hipocresía, lo que los buenos abolicionistas tenemos que hacer es justamente eso. No robarles frases a los nuevos "discursos populacheros" -que, por lo demás, siempre existieron-, no reclamar más derecho penal, sino terminar con el mismo. Y para ello debemos inculcar una verdadera "cultura de la resistencia". Mientras la embriaguez y el empalago de los que viven de festejo les impide ver que toda forma de desorden implica la manera en que se perfilan nuevos tiempos, les invito a unir nuestras fuerzas y organizar la gran revolución liberadora....!

2 comentarios:

Dieguistico! dijo...

Francamente no me considero partidario del abolicionismo porque lo considero irrealizable (por razones que exceden a lo que puedo explicar en este comentario), pero como liberal aspiro a un derecho penal "mínimo" acotado a delitos de suma gravedad y donde imperen todas las garantías constitucionales del proceso. Para los delitos menores habrá que buscar cosas alternativas a la privación de la libertad.

Pero no me quiero desviar del tema. La cuestión es que no se pueden reivindicar los derechos humanos, las garantías constitucionales, violándolas. No importa cuan aberrantes sean los crímenes que se le imputan a los militares hoy juzgados. Si realmente creemos en el Estado de Derecho, debemos aplicar sus reglas de igual modo para todo el mundo. Todo esto de la "imprescriptibilidad" de los delitos de "lesa humanidad" es una payasada. Todos sabemos que numerosos tratados establecen claramente el principio de ultraactividad de la ley penal más benigna, y que hace treinta años no había tal cosa como delitos imprescriptibles. Más aún, no había tipificación alguna de los delitos de "lesa humanidad" (sacando que muchos de los delitos que hoy se investigan tal vez sean sólo delitos "comunes"). ¿El principio de legalidad? Bien, gracias.

Una República exige que las leyes sean aplicadas en condiciones de igualdad, independientemente de la simpatía o antipatía que sintamos hacia los "imputados". Juzgar los delitos de la dictadura en condiciones de ilegalidad y arbitrariedad es hacer exactamente lo mismo que hacían ellos y que ahora se les reprocha.

Simplemente no se puede defender ningún valor mediante su violación. Es como hacer el amor en nombre de la virginidad, no tiene sentido.

Si realmente creemos en los principios del derecho penal liberal, no podemos andar buscando justificaciones a su violación. No es este el camino que conduce a la plena vigencia de los derechos más elementales de las personas.

Unknown dijo...

BRUJERIA Y POLITICA

LA CIUDAD DE SALTA, ARGENTINA, CONMOCIONADA POR LAS MALDICIONES DE UN CONCEJAL ESOTERICO:

El ex edil Guillermo Capellán, siendo Presidente de la Comisión de Hacienda del Concejo Deliberante de la Ciudad de Salta, quiso cobrarle los impuestos al hermano del Alcalde/Intendente Alejandro San Millán, Antonio San Millán.

El Poder Sanmillanista contrató al Abogado Roberto Elio Gareca y este letrado a su vez contrató a un delincuente juvenil, Rodrigo Chavarría (taxi-boy menor de edad a quien Gareca conoció en el Parque San Martín de la Ciudad de Salta) y lo denunciaron por violación. Estuvo 101 días preso y desde la cárcel vaticinó que saldría el día de la Lealtad Peronista, horas más horas menos salió en la madrugada del 18 de Octubre de 2003. Al salir del presidio en Concejal dijo "Quienes participaron en el complot pagarán muy caro lo que me hicieron":

"Al Juez le pasará lo mismo a que a mí, se quedará sin cargo". A los seis meses abogados de la Ciudad de Salta pidieron Juicio Político al Juez de la causa, Luis María Agüero Molina lo destituyeron por motivos relacionados al caso edil ocultista.

"Rodrigo Chavarría, pupilo de Roberto Gareca, hizo una denuncia falsa siendo menor de edad y eso es delito, cuando sea mayor vivirá preso".

Chavarría siendo mayor cometió una estafa y fue condenado por un año, quedó en libertad condicional y a los tres meses cayó nuevamente en manos de la Justicia Federal por "Usurpación de Títulos y Honores y Estafa" y sigue preso.

"Destruyeron mi vida, y ese tipo participó en el estrépito mediático es un empresario de medios y publicidad, yo lo escuchaba desde mi celda decir cosas espantosas... tendrá su merecido" El empresario al que se refería el Concejal Ocultista sería Julio Castillo a quien lo internaron en una clínica con un fuerte dolor de cabeza, se le declaró un tumor cerebral fulminante y murió en horas.

"En el Diario El Tribuno se ensañaron conmigo y el Abogado Gareca publica todas las barbaridades que quiere porque su hermano es el Jefe de Redacción de Noticias Policiales en ese matutino... no importa, ya llegará el día..." Se refería al periodista Sergio Alberto Gareca a quien le descubrienron un cáncer galopante y murió en poco tiempo.

La predicción o "maldición" pulica más dura y contundente del Concejal Astrólogo y Esotérico es cuando vaticinó en la FM Pacífico 92.9 en el Programa del periodista Daniel Salmoral aseguró: "Los San Millán pagarán con lágrimas de sangre lo que me hicieron" Inexplicablemente, el hijo de Antonio San Millán de 16 años murió aplastado por una cortadora de cesped minitractor.

"Siguen haciendome daño por lo tanto siguen acumulando desgracias" En esta frase se refiere elipticamente al Empresario-locutor Martin Grande y al Abogado Roberto Elio Gareca sindicados como los principales responsable de la conspiración por cuanto el presunto violado y delincuente Rodrigo Chavarría los sindicó en su confesión como los autores ideológicos de la denuncia contra Guillermo Capellán. Con respecto a ellos el Esotérico Edil dijo: "tengo todo el tiempo del mundo para verlos caer, ellos son las frutillas del postre"

Salta es la capital turísitica de todo el Norte de Argentina donde viven 600.000 habitantes y en todos los rincones de la Ciudad se comenta: "Las Maldiciones del Concejal Capellán se están cumpliendo". ¡Esto es para pensar porque el edil lo dijo en los medios con mucha anticipación! Si quiere leer el artículo completo escriba en cualquier buscador: "Cadena Global+maldiciones del Concejal" y tendrá mas detalles sobre este tema. Porque la brujería parece que existe... y si quieren un contacto con el esotérico me animo a dejar su e-mail: info@zodiacguille.com