sábado, 14 de abril de 2007

Barras Bravas y Carcel


He venido siguiendo con no poca sorpresa la airada reacción que han exteriorizado la mayoría de los medios periodísticos nacionales con motivo de la visita que los jugadores bosteros Palermo, Palacios y creo que un arquero, hicieron a los barra bravas que se encuentran presos en la carcel de Marcos Paz.

Varios periodistas (alguno de los cuales pueden ser tildados de "progresistas") han reclamado la aplicación de sanciones a los jugadores, en el entendimiento que su actitud los asimila a los hechos por los cuales han resultado condenados esta gente.

Aclaro que no soy bostero, que le deseo lo peor a Boca Juniors y que estoy decididamente en contra de la violencia en el futbol y en cualquier otra parte, pero me parece que dicha reacción constituye un exceso de neto corte autoritario.

¿Cuál es la razón por la cual 2 ó 3 individuos, jugadores de futbol para más datos, no puedan visitar a otras personas que se encuentran detenidas, purgando una condena? ¿Debe privarse a estos jugadores la posibilidad de visitar a otras personas que probablemente sean sus amigos, con quienes tengan corrientes de afecto? Los detenidos ¿no tienen derecho a recibir visitas por haber sido condenados por actos de violencia en el futbol? Sus visitas ¿debe limitarse a personas que no tengan ninguna relación con el futbol?

Francamente, me parece que quienes se han escandalizado por este hecho están en la pavada y no pueden mirar un poco más allá de sus propias narices, y flaco favor le hacen a una sociedad que debe modificar sus costumbres por prácticas un poco más democráticas.

Ahora, si se prueba que como consecuencia de esta visita los jugadores actuaron como nexo para incentivar la violencia o algo por el estilo, eso sería otra cosa. Pero mientras tanto, negar la posibilidad que los jugadores de un club vayan a visitar a los detenidos hinchas de su equipo y llevarles un poco de solidaridad ante el momento que atraviesan (estar privados de la libertad) me parece poco menos que inhumano.

1 comentario:

Fabiana Bump dijo...

Con el mismo criterio entonces, si tenés algún familiar preso por cualquier delito, el visitarlo te convertiría automáticamente en cómplice.
¡Desopilante!