domingo, 13 de mayo de 2007

Nuevos controles vehiculares


En una entrada anterior ("La Bella Durmiente") nos hemos referido a las preocupaciones estatales por suprimir todos los riesgos que supone la vida moderna, sin retacear los medios que sean necesarios para la consecución de ese fín. Es así que hemos hecho alusión a los controles de alcoholemia que se llevan a cabo y a los controles de los conductores que manejan fatigados y con sueño que se piensan implementar, lo cual, evidentemente, supondrá una radical caída de la accidentología vial.
¿Pero cuál es la razón por la cual habría que desechar la aplicación de esta lógica a otros riesgos potenciales que nos acechan en cada esquina (o en cada curva, de tratarse de una ruta)? Ninguna.
En esta dirección del pensamiento no podríamos dejar de admitir que otra de las causas frecuentes de accidentes en la vía pública es que muchos conductores no tienen una visual correcta (bah... no ven bien): no saben si el vehículo que está al frente va o viene, si está cerca o lejos, si la luz que se acerca está a 50 kms o a 50 metros, y así sucesivamente.
Propicio entonces la necesidad que cada ruta argentina esté dotada de consultorios oftalmológicos móviles donde los conductores puedan ser debidamente evaluados por profesionales de la especialidad, debiendo contar también, como es lógico, con una óptica movil que proporcione al chofer desaprensivo las gafas necesarias.
Sigo y retomo la cruzada de seguridad vial que ha llevado a nuestro sacrosanto gobierno bonaerense a decretar la emergencia en carreteras por algunos nuevos accidentes.
Ahí van algunas nuevas ideas:
  • es sabido que uno de los sectores más propicios para los accidentes son las curvas en las rutas. Conductores desaprensivos que se adelantan, otros que desatendiendo su arte y se salen del carril, quienes muerden las banquinas y colean (a propósito, no estaría mal suprimir las banqinas y hacer todo ruta, por ejemplo de 75 metros de ancho). Propongo entonces que se supriman las curvas, que todo sea recta, una gran recta de Bariloche a El Bolsón, otra recta entre Mendoza y Las Cuevas, y así sucesivamente. ¿Cuantas vidas inocentes se ahorrarían?
  • las lomas impiden divisar si del otro lado viene circulando otro rodado, uno se adelanta confiado y viene el palo. Escollos geográficos de esa índole deberían ser suprimidos con la construcción de puentes y túneles que posibiliten que la cinta asfáltica se encuentre a nivel.
  • los choques frontales suelen ser fatales y luego no queda otra cosa que lamentarse. Creo que debería examinarse la conveniencia de establecer horarios en las rutas. Por ejemplo, de 7 a 8, toda la circulación de Guardia Mitre para Buratovich, de 8 a 9 de Buratovich para Guardia Mitre, y así sucesivamente. ¿Qué le cuesta a los conductores apurados, cuando ha transcurrido su horario, salirse a la banquina, ponerse bajo un árbol, hacer introspección y de paso echarse una siestita? Una reglamentación de esta índole traería aparejado el retorno a los viejos tiempos, donde la gente no andaba tan apurada y tenía tiempo para reflexionar, mirando al cielo y las estrellas. Además los viajes tendrán el condimento de la aventura: las 11 horas que antes demandaba trasladarse desde Buenos Aires a Neuquén ahora se duplicarán, dejando un precioso tiempo libre para imaginar travesías, divisar aves, estudiar la vida de las hormigas, y tantas otras actividades cautivantes.
  • ya está prohibido circular por la vía pública hablando por teléfono celular para evitar que el conductor se distraiga. Considero que esa sana directiva debería ampliarse y prohibir que el chofer hable con sus acompañantes. ¿Es menos distractivo hablar con un interlocutor invisible por teléfono, que hacerlo con uno que tenemos en la butaca izquierda? Se aducirá que el uso del celular no sólo está referido a la distracción de la conversación, sino al hecho que en esas circunstancias el conductor tiene una mano ocupada. Es verdad. Por lo cual deberá sancionarse a todo chofer que separe, por cualquier motivo que sea, las manos del volante. No más fumar (se paso se preserva la salud, no más prender la radio ni cambiar de dial, no más ademanes al hablar, no más el brazo en la ventanilla. Como es natural, ello obligará a que los vehículos habilitados para rodar tengan que ser exclusivamente los automáticos, donde no sea necesario hacer cambios, y con eso distraer una mano del volante.
  • la nocturnidad es algo terrible, es el horario del día en que mayor cantidad de accidentes se producen. Se impone la inmediata iluminación de rutas y caminos. Luminarias incandescentes evitarán que se pueda divisar correctamente todo lo que sucede sobre la cinta asfáltica.
  • ¿cuantos accidentes se han producido por conductores que se han distraído leyendo carteles viales que aconsejan prestar atención en el manejo? Deben eliminarse todas las señales de tránsito, máxime en la medida que, como se propicia, las rutas argentinas deberían estar diseñadas en línea recta y con un solo sentido de circulación.
  • ¿cuál es la razón de los controles selectivos? ¿cuantos potenciales ebrios, somnolientos, chicatos y demás se cuelan por los entresijos de la selectividad? Puestos a controlar, el control debe ser total. Y buscar los momentos de mayor efectividad. Enero. Ruta 2. 14 horas. Bloqueamos el loco fluir de vehículos en forma total y a soplar, ver el nivel de sueño, comprobar la agudeza visual, chequear la documentación, etc, etc, etc. ¿Qué se producirán largas colas? Ahí están los agoreros de siempre, egoístas e individualistas que no les importa ni la vida ni la seguridad del prójimo. Son las pequeñas restricciones a la libertad individual en beneficio del bien común.

No quiero agotar a los eventuales lectores con las digresiones precedentes, aunque prometo continuar ampliándolas.

Pero lo que sí no puedo soslayar es convocar a la ciudadanía a la responsabilidad cívica que exige la hora: señores, hay que agudizar el ingenio a los fines de suprimir de la faz de la tierra los peligros potenciales, cueste lo que cueste.

Muchas gracias

sábado, 12 de mayo de 2007

La responsabilidad del conocimiento


La alienación es un estado mental en virtud del cual el individuo se encuentra incapacitado de comprender la realidad en la cual se encuentra inmerso, de comprender su realidad social, en sus nexos y en su génesis. Por consiguiente está también impedido de comprender-se a sí mismo, de reconocerse como sujeto, ya que el es también un ser social.
Todo esto me hace pensar que todos nosotros, en alguna medida, estamos y estaremos inevitablemente alienados. Pero no todo es lo mismo. La desalienación en sí como punto puro, desprovisto de alienación, parece ser un mero slogan. La cuestión radica en la constante superación de un particular estado de alienación, por la progresiva aprehensión de nuestras condiciones reales de existencia (siempre históricas y transitorias). El contenido positivista, en última instancia (o no tan última), de estos postulados es evidente, algo que no consigo resolver.
Y si bien rechazo fervientemente la posibilidad de la desalienación pura, defiendo y creo en los procesos graduales de desalienación, extendidos hasta el infinito.
Un paso importante en este proceso (en mi opinión) es el reconocimiento del carácter social de nuestras condiciones materiales de existencia. La conciencia de que nuestras condiciones de existencia no son naturales, sino sociales y transitorias, y en tanto sociales, modificables. Otra cuestión de suma importancia, que se parece más a un opción política, pero que no creo que lo sea tanto, es el hecho de reconocer en el otro a un igual. Los límites de este reconocimiento o de esta “igualdad”, parecen ser innatos; como si en realidad estuviésemos incapacitados biológica o psicológicamente, en razón de la conformación de nuestro aparato psíquico, para ver en el otro a un igual. Bueno, yo personalmente prefiero, ante la duda, no aceptar a priori ninguna incapacidad natural, y de la misma forma en que creo que la desalienación debe ser entendida como un proceso ( movimiento, acción, praxis), de la misma forma pienso que debe entenderse a la concientización sobre la existencia de otros “YOs” , más aún cuando es uno de los aspectos constitutivos de la desalienación.
Y este primer paso, el de reconocer el carácter social de las condiciones nuestra existencia y el de ver en los otros a iguales, tiene una consecuencia directa, y es la de que a partir de este momento seremos responsables por lo que hagamos o dejemos de hacer. Si me veo en el otro a mi mismo, el dolor del otro es, en alguna medida, mi dolor, y si las condiciones de existencia son modificables, quiere decir que puedo evitar o disminuir ese dolor del otro que es también mi dolor. Esta es la responsabilidad que acarrea el conocimiento, o por lo menos este conocimiento particular. Si somos concientes somos responsables.

miércoles, 9 de mayo de 2007

CUANTO SABER PRE-REFLEXIVO


Cada día me sorprende más (y me indigna) la cantidad monstruosa de saberes pre-reflexivos que constituyen el derecho (como discurso). Y pobre de aquél que pensare que esto es sólo una casualidad, no señor, debería escuchar un poquito más a Baratta.
Y es que el derecho forma parte de la superestructura jurídica, y como tal ...es una de las formas en las que se expresan las relaciones sociales ( principalmente de producción), y estas son su contenido. Pero ojo!, no se vaya a pensar que las normas jurídicas reflejan de forma sincera estas relaciones, todo lo contrario. Por lo general las presentan deformadas, ocultando la verdadera relación de explotación, de dominación... ocultando el poder. Ejemplo: la libertad plena y la autonomía de la voluntad que reinan en el contrato ( y en todo el derecho civil), la igualdad ante la ley (pensemos en el caso de las leyes penales), la jeraquía normativa ( ya lo dijo Luigi, las normas de menos jerarquía son tendencialmente inválidas y las de mayor jearquía son tendencialmente ineficaces), etc.
Si amigos, somos portadores, reproductores, sostenedores... de un discurso del poder, de la dominación, y posibilitadores de la realidad que tenemos, ...somos responsables.
El poder...mal de todos los males, por oposición a la libertad.... .
Que términos contrapuestos..."poder" y "popular", y entonces por qué es que algunos repiten:"viva el poder popular"..."poder al pueblo". ....Si poder es siempre dominación ...posibilidad de determinar el comportamiento de los demás...explícita o implícitamente. Entonces el poder popular es un imposible absoluto....la patraña más grande...el poder nunca esta al servicio del pueblo...el poder esta siempre al servicio del poder..y contra el pueblo, ya que actúa sobre este.
La libertad es mi paradigma. Donde la libertad gana terreno, lo pierde el poder. Donde la libertad gana terreno, la mujer y el hombre son realmente mujer y hombre. Donde la libertad gana terreno desaparece la alienación. Donde la libertad gana terreno...

jueves, 26 de abril de 2007

La Bella Durmiente


De acuerdo a lo que informa el diario "Perfil" del domingo pasado (22/4/07) resulta que se habría determinado que el "sueño" es tan peligroso como el alcohol al momento de cuantificar los accidentes de tránsito.

Como el Estado se encuentra embarcado en una campaña tendiente a evitar todo tipo de riesgos y sancionar a los que incurran en ellos, ya hace tiempo que inventó un aparatito que mide la cantidad de alcohol en sangre, de tal modo que, independientemente que uno se desplace a 20 kms por hora, atado con cinturón de seguridad de 5 puntos, con casco y buzo antiflama, con todas las luces encendidas, parando en todos lo semáforos, de igual manera, de superar los límites de alcoholemia permitidos, se hará pasible de una multa bastante suculenta, como asimismo de la inhabilitación para conducir, primero por 6 meses, luego por 1 año y finalmente en forma permanente. Insisto, todo ello independientemente que se haya generado algún riesgo en forma concreta y efectiva.

Resulta que ahora dos científicos habrían inventado otro artefacto que mediría "la cantidad de sueño" que tiene el conductor al momento de ser detenido por la autoridad de control.

Me imagino la situación. En primer lugar habrá que implementar los operativos en el medio de la ruta, ya que cuando el conductor recién sale de viaje, difícilmente pueda tener sueño. Entonces, el operativo se ubicaría en el km 944 de la ruta que une Río Colorado con Choele Choel (por ejemplo). De detectarse que el conductor se desplaza con algún nivel de somnolencia (además de la multa) deberá ser conminado a estacionar en la banquina y dormir 3 ó 4 horas (de acuerdo a los niveles de sueño), todo bajo la atenta vigilancia del Cabo Pereyra, que deberá controlar a su vez que el conductor no finja que está durmiendo, sino que efectivamente duerma, para lo cual se le colocarán unas sondas cerebrales que registren la efectiva actividad neuronal.

En caso que el conductor viaje acompañado por terceras personas (especialmente si dentro del pasaje se encuentran niños) los mismos serán invitados a abandonar el vehículo para no perturbar el sueño del conductor, siendo que se implementarán picados de futbol para los varones, partidas de canasta para las señoras y peloteros para los púberes (mostrando de este modo una imágen más humanizada de la autoridad de contralor).

Considero que la función estatal de minimizar riesgos debería implementarse en otras áreas, hasta llegar a deteminados niveles de seguridad vial total. Por ejemplo, paso a esbozar algunas ideas:

  1. que ningún vehículo viaje a contrasol, para evitar encandilamientos o una perfecta visión de la ruta. Por ejemplo, por la mañana temprano quedará prohibido viajar de la provincia de Buenos Aires a la de Mendoza, y por la tardecita no se podrá ir de Catamarca a La Rioja.
  2. es sabido que la radio (sobre todo cuando pasa música) contribuye al adormilamiento del conductor. En adelante el Comité Federal de Radiodifusión exigirá a sus estaciones que cada 10 minutos y por espacio de 30 segundos, se emita el sonido de una sirena estridente, idónea para sacar del letargo al posible conductor somnoliento (que nos disculpe Ketama o Mario Mactas).
  3. en todas las cabeceras de ruta se instalarán modernos equipos médicos, exigiendo al conductor que decide aventurarse a la ruta, que en forma previa rinda un exámen de aptitud psico-física, principalmente encaminado a determinar la posibilidad de sufrir un infarto de miocardio en pleno arte de conducir, un ataque de hemiplejía u otro de algún tipo de insuficiencia que sea idóneo para perder el control del vehículo.
  4. en ambos laterales de la ruta se colocarán lonas verdes, de unos 3 metros de altura, para evitar que los conductores se distraigan mirando para los costados la cantidad de vaquitas, un molino o cualquier otra pavada que lo pueda sacar de la elevada función que desempeña.

En fín, podríamos continuar enumerando medidas preventivas que se podrían adoptar para minimizar los riesgos de la conducción vehicular, pero pregerimos dejarlos librados a la imaginación de los amigos.

Un amigo que tenía (hoy fallecido) siempre decía que no había que tenerle tanto miedo al indio como al bolazo. Sabia reflexión.

domingo, 22 de abril de 2007

El fin "resocializador" de las penas


El artículo 18 de la Constitución Nacional en tanto dispone que "Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas..." recepta en forma implícita que el fin de las penas debe ser la resocialización de los individuos alcanzados por la misma, cuestión que ha terminado de quedar dirimida a partir de la constitucionalización en el año 1994 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que de modo expreso dispone que "Las penas privativas de la libertad tendrán como finalidad esencial la reforma y la readaptación social de los condenados" (art. 5.6) y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que en idéntica sintonía dispone: "El régimen penitenciario consistirá en un tratamiento cuya finalidad esencial será la reforma y la readaptación social de los penados" (art. 10.3)
Ahora bien: ¿asiste al Estado (al menos al Estado liberal) el derecho de someter a los individuos a "tratamientos" para lograr su resocialización?
Dejaré de lado aquí la cuestión fáctica de que las cárceles de nuestra región no parecen ser los sitios idóneos para resocializar a nadie, y muy por el contrario, se muestran más proclives a profundizar los factores criminógenos que han llevado a las personas a delinquir.
Considero que si un mérito tienen las sociedades modernas (al menos desde lo programático y lo discursivo) lo es el respeto por la autonomía de la voluntad, requisito indispensable de la sociedad pluralista, donde puedan convivir personas de todos los colores, religiones, tendencias políticas, condición sexual y (¿por qué no?) aquellos que agreden ciertos valores generalmente aceptados por los demás (vida, propiedad, libertad, etc).
¿Cuál sería la razón para "resocializar" a aquél que atenta contra la seguridad cortando vías de comunicación porque entiende que ese es una forma de lucha social? ¿o a aquél que cometió un homicidio pasional? Pero también a aquél que atenta contra la propiedad en forma reiterada por ser vulnerable a esa forma de delincuencia.
¿Es que además de privarlo de la libertad en sitios infectos e inmundos, también nos tenemos que inmiscuir en su psiquis para desviar sus designios y guiarlo "por el buen camino" (camino que -recordemos- generalmente ha sido la causa de que delinquiera)?
Considero que el fin resocializador de las penas se encuentra en fricción (por no decir, lisa y llanamente, contradicción) con la columna vertebral del programa constitucional, que sin lugar a dudas lo es su artículo 19, que consagra el respeto a los ámbitos de reserva de cada individuo, dentro de los cuales se encuentra la delineación del plan de vida.
La experiencia (al menos mí experiencia) demuestra que la pena debe ser analizada desde una posición "agnóstica" (Zaffaroni) y que si para algo sirve reconocerle un fin "re", lo es para reclamar condiciones de vida dignas a los individuos que se encuentra privados de su libertad.

lunes, 16 de abril de 2007

Los miles de rostros de la Inquisición

El pasado mes de Marzo, la Universidad Católica Argentina, tomó la decisión de separar de su cuerpo docente al Dr. Carlos Alberto Chiara Díaz.

¿El motivo? Haber integrado, junto a otros destacados juristas, la comisión que elaboró el Anteproyecto de Código Penal que despenaliza el aborto en caso de violación y disminuye sensiblemente las escalas para el resto de los casos.

Llama la atención que esta decisión haya sido adoptada a casi un año que la aludida comisión cesase en sus funciones con la entrega del Anteproyecto respectivo, que, hasta donde se sabe, duerme el sueño de los justos.

Carlos Chiara Díaz es un brillante jurista contemporáneo, quien cuenta con una profusa obra doctrinaria. Actualmente es ministro de la Corte entrerriana y ha participado en numerosos procesos de reforma, entre ellos, el de la Provincia de Buenos Aires, donde también integró la comisión que elaboró el actual Código Procesal Penal. Es decir, su excelencia intelectual, a la cual debe sumarse su hombría de bien, se encuentran completamente descontadas.

Considero que es una responsabilidad de la Universidad garantizar la libertad de cátedra para permitir a los jóvenes que allí estudian confrontar la más diversa gamas de ideas, lo cual forma parte de una formación pluralista y democrática.

Sin embargo, no me animaría a sostener que esta responsabilidad deba ser garantizada por las universidades privadas. Es decir, no me lo imagino a Roberto Durrieu dando clase en la Universidad de las Madres. Como tampoco me lo imaginaría a Eduardo Barcesat en la FASTA. Creo que en este sentido las universidades privadas tienen el derecho a seleccionar su cuerpo docente de acuerdo a su línea política.

Pero lo que me parece que no se puede hacer es separar a un profesor que ya se estaba desempeñando en una Universidad por sus ideas sobre un tema en particular, lo cual, lisa y llanamente, debe ser catalogado de acto discriminatorio.

Carlos Chiara Díaz fue designado por el gobierno nacional para integrar la comisión reformadora del Código Penal, lo cual es un orgullo para el designado, pero también para todos los organismos que lo cuentan en sus filas, llámense organismos jurisdiccionales, universidades, ONG's o lo que sea.

Lo que Chiara Díaz no podría hacer (y estoy seguro que no ha hecho) es parcializar la enseñanza y abogar en forma exclusiva en favor del aborto, pero tampoco pueden las autoridades universitarias pedir a sus docentes que renieguen de sus convicciones y denosten el aborto.

Me parece que con este criterio, los docentes de la UCA no se podrían separar de sus cónyuges, mucho menos divorciar. Ni que hablar del empleo de métodos anticonceptivos.

La U.C.A. (que supo tener en su cuerpo docente a Eugenio Raúl Zaffaroni) ha equivocado el camino en forma lamentable y retrotrae la memoria a la más negra de las noches, como lo es la noche del oscurantismo y la caza de brujas .

sábado, 14 de abril de 2007

Barras Bravas y Carcel


He venido siguiendo con no poca sorpresa la airada reacción que han exteriorizado la mayoría de los medios periodísticos nacionales con motivo de la visita que los jugadores bosteros Palermo, Palacios y creo que un arquero, hicieron a los barra bravas que se encuentran presos en la carcel de Marcos Paz.

Varios periodistas (alguno de los cuales pueden ser tildados de "progresistas") han reclamado la aplicación de sanciones a los jugadores, en el entendimiento que su actitud los asimila a los hechos por los cuales han resultado condenados esta gente.

Aclaro que no soy bostero, que le deseo lo peor a Boca Juniors y que estoy decididamente en contra de la violencia en el futbol y en cualquier otra parte, pero me parece que dicha reacción constituye un exceso de neto corte autoritario.

¿Cuál es la razón por la cual 2 ó 3 individuos, jugadores de futbol para más datos, no puedan visitar a otras personas que se encuentran detenidas, purgando una condena? ¿Debe privarse a estos jugadores la posibilidad de visitar a otras personas que probablemente sean sus amigos, con quienes tengan corrientes de afecto? Los detenidos ¿no tienen derecho a recibir visitas por haber sido condenados por actos de violencia en el futbol? Sus visitas ¿debe limitarse a personas que no tengan ninguna relación con el futbol?

Francamente, me parece que quienes se han escandalizado por este hecho están en la pavada y no pueden mirar un poco más allá de sus propias narices, y flaco favor le hacen a una sociedad que debe modificar sus costumbres por prácticas un poco más democráticas.

Ahora, si se prueba que como consecuencia de esta visita los jugadores actuaron como nexo para incentivar la violencia o algo por el estilo, eso sería otra cosa. Pero mientras tanto, negar la posibilidad que los jugadores de un club vayan a visitar a los detenidos hinchas de su equipo y llevarles un poco de solidaridad ante el momento que atraviesan (estar privados de la libertad) me parece poco menos que inhumano.